LA SEMANA SANTA DE UN FOTÓGRAFO
La Semana Santa tiene muchos
ángulos desde los que podemos vivirla u observarla, según el grado de
participación de cada uno:
En primer lugar tenemos el
original, es decir, el religioso. Se trata de la semana mayor de la religión
cristiana. En ella se celebra que Cristo, el Dios encarnado, como dice el
Credo: padeció en tiempos de Poncio Pilatos, fue crucificado, muerto y sepultado,
descendió a los infiernos y al tercer día resucitó de entre los muertos. Es el mensaje central de la fe cristiana. Que
Cristo murió por nosotros y nos trajo la
esperanza de la resurrección.
Otro ángulo, también
religioso, pero menos oficial, es el del mundo cofrade. En él las personas
sencillas expresan su devoción por sus “cristos” y sus vírgenes y se desviven
por ellos.
También está la perspectiva
artística. En muchas ciudades estos días se tiene la oportunidad de ver pasar
delante de ti a auténticos museos por la calle. Maravillas del arte barroco. O
verdaderas joyas de la orfebrería, el bordado, la madera o el adorno floral.
Acompañados de hermosas composiciones musicales.
No debemos olvidar otros
aspectos, igual de importantes y legítimos. Es un tiempo de ocio, de descanso,
de hacer turismo y conocer otras ciudades,
pueblos y costumbres. Y por supuesto el económico, tan fundamental en
estos momentos de crisis.
Además de todas estas
miradas distintas de la Semana Santa yo os voy a presentar la mía. Yo vivo
estos días como fotógrafo. Yo soy
fotógrafo, así lo siento. Es mi mayor afición. Dentro de las distintas
temáticas de la fotografía, en la que encuentro mayor inspiración, es la
fotografía cofrade. Es mi semana grande.
Como os he comentado antes la Semana Santa es
muy compleja. A través de mis fotos intento captar esa variedad de aspectos.
Busco el mejor ángulo, el encuadre perfecto, la luz precisa, el instante único
que puedan captar ese momento o vivencia irrepetible. Nos es nada fácil, tampoco
soy un experto. Además no se trata de fotografiar un modelo atento a tus
órdenes, en un estudio con la luz preparada sin ningún hueco para la
improvisación. Es todo lo contrario. Se trata de fotografiar unas imágenes en
movimiento, con una luz cambiante, una meteorología caprichosa, con la gente
abarrotando las calles, con otros compañeros intentando, igualmente, conseguir
su mejor fotografía. Siempre te quedan las dudas, los arrepentimientos: debería
a ver traído el otro objetivo, ¡qué lástima no tener aquí el trípode!, si hubiera elegido el otro ángulo… Tienes que elegir y no siempre se acierta.
A pesar de lo que he
señalado antes, muchos de los amantes de la fotografía cofrade somos
compañeros, incluso amigos. Intercambiamos experiencias, imágenes, materiales…
Algunos sólo nos encontramos de año en año en esta semana y es un feliz
reencuentro.
A mí no sólo me interesa
sacar a las imágenes de devoción. No se trata de hacer estampas. Me gusta sacar aquellos detalles únicos y
lograr atrapar esos sentimientos y pasiones tan personales. En mis fotos hay personas:
penitentes, costaleros, hermanas de mantilla, músicos, niños, público… También
hay objetos, reflejos, sombras, primeros planos. En todas ellas quiero reflejar
mi pasión, la que yo vivo, la que yo siento en muchos casos a través de la
pasión, la vivencia y el sentimiento de otros.
soy una persona apasionada. Y por apasionado quiero decir que me gusta
esta semana de pasión, donde pasan los pasos, pasan las gentes, pero es difícil
pasar de ella sin que te pase nada.
Por ello os invito a que
salgáis a la calle y disfrutéis de la primavera de sus olores, de sus sabores,
de sus sones y de sus colores. Que os acerquéis a la Plaza Niña a ver a las
hermandades en ese espacio único, que
veáis salir al Cristo de la Sangre de su iglesia de San Sebastián, que
saboreéis el silencio del Calvario, la bulla de la subida de la cuesta de Tres
Caídas o de la Victoria en el Barrio Obrero, la petalada a la Esperanza en el
Hotel Tartesos, al Cautivo en el paseo Santa Fe, a la Buena Muerte pasando por
el Gran Teatro, las saetas al Nazareno y tantos otros sitios. Visitad los pueblos con sus maravillas
desconocidas y sus tradiciones centenarias. Y no os cortéis si se os ponen los
vellos de punta o se os escapa alguna lágrima. La vida hay que vivirla.
Prohibida la reproducción total o parcial de las fotografías de esta Pagina sin el consentimiento del autor. Autor: José Manuel Pérez Álvarez
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